Esta es una de esas noches, donde uno no encuentra que hacer, donde se mira a todos lados y no hay nadie, la musica inclusive solo si es de tristeza se deja escuchar, la gente en la calle en su mundo, rien, corren, estan tambien en parejas, pero ¿y yo? ¿Por qué camino me fui que perdí todo? ¿dónde estuve que me perdí lo mejor de estar vivo? Yo pensaba que estaba en medio de lo que era vivir, pero me he dado cuenta que la diversión es esteril, que los excesos te llevan por alturas en donde no habita la gente de la tierra.
¿Que tengo hoy? No lo sé, sólo sé que no tengo nada… y que no hay nadie para mi… pues los que hay no los concibo para mi y para quienes podría ser tampoco les cabería yo en la cabeza.. las melodías, las baladas, me hacen ver que estoy encerrado, preso, cautivo de una vida que no hubiese querido para mi.
Cuanto me hubiese gustado que todo fuese diferente, pero tal vez no tuve oportunidad de elegir, ¿pero y ahora la tendré? Si mis cadenas están adentro del corazón, no están afuera, quisiera arrancarlas, pero son tan fuertes que mis manos no pueden tocarlas, me asfixian, me hacen nudos en la garganta, pero ni siquiera puedo aflojarla.
Ser positivo, asi es como debo ser, pero ahorita me siento como un pajaro que hubiese caido en una laguna, tengo mis plumas mojadas, panza arriba, ¿qué me pasó? ¿qué me pasó Dios mio? ¿porqué?.... cuántas veces pregunté, cuantas veces levanté mis ojos para hablar contigo, y pensé que la respuesta venía de ti, pero ¿acaso tú no das sólo cosas buenas? Tal vez soy tan malo, tan profano, que escribo estas cosas, aún sabiendo cuánto has hecho por mi.
¿Alguna vez podré recuperar la inocencia, alguna vez podré volver a ser blanco de nuevo? Para ti no hay nada imposible Señor, ¿alguna vez el contador volverá a cero?
Señor aún falta en mi, aún falta Señor, por favor, dame lo que me hace falta, dame Señor esa sanación en mi alma, dame Señor ese bálsamo en ésta noche de fiebre, en ésta noche donde no te encuentro por ningún lado, perdóname si soy ingrato, perdóname si soy pecador, pero acaso ¿alguna vez fui digno? Nunca lo fui Señor, por favor ayúdame, sana lo que hay en mi corazón, sáname Señor, dame de beber del agua de vida eterna por favor para que yo no tenga sed de cosas que me hacen daño, por favor ten piedad de mi, mira que todo este párrafo es de ruegos, que no quede como uno más que se escribió en la historia de la humanidad, sino que sea como aquel clamor del hijo pequeño en medio de la enfermedad donde le socorrieron sus padres. Señor ten piedad de mi…
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