Bienvenido Amado Hijo e Hija de Dios

Un dia saliste de las manos de Dios y el mal en el mundo se encargó de distorsionar aquella obra perfecta de Dios. Pero Dios no olvida (Isaias 49, 14-16) y te invita a dejarlo entrar en tu vida. El no te obliga, sin embargo te lo pide todos los dias de diferentes formas y ésta puede ser una ocasión para ello. (Apocalipsis 3,20) "Mira que estoy a la puerta y llamo el que oye mi voz y abre la puerta entraré en su casa y cenaré con El". Si sientes que a veces te faltan fuerzas para seguir en este mundo en Jesucristo puedes hayar descanso, yo lo encontré, tú tambien puedes (Mateo 11, 28 "Vengan a mi los que están cansados de sus cargas y sus trabajos y yo los haré descansar") Disfruta este Blog que ha sido hecho para ayudarte y que Dios te bendiga. La vida es hermosa y tu eres mas que un aspecto sexual o un problema.

lunes, 13 de mayo de 2013

La homosexualidad: la guerra contra Dios

He querido compartir con ustedes una carta del actual Papa Francisco donde hace referencia a lo que sucede en Argentina, en ésta carta no se ofende a nadie y mas bien se habla de grandes verdades espirituales, hay en movimiento en este momento toda una maquinaria de oscuridad que se manifiesta en los grupos que quieren equivocadamente instaurar el matrimonio homosexual, en mi opinión no comprendo para que piden eso, si al final esas relaciones no les conviene, con tantas parejas se la pasarían entre trámites y juicios, es mi opinión.
Dios nos ama y en ese amor no hay acusación, sino sólo mirada de ternura, oportunidad constante de libertad y sanidad espiritual del alma, de la mente y del cuerpo, sólo quien se arriesgue a caminar hacia allá y supere los espejismos que la oscuridad pondrá para hacerle caer, aunque nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos con nuestros criterios, heridas y maldades, si se lo pedimos el Señor Dios Todopoderoso nos dará la fuerza necesaria para seguir adelante.
A continuación la carta mencionada:


Carta del nuevo Papa sobre el matrimonio homosexual

Carta de Bergoglio, dirigida el 22 de junio del 2010 a las Monjas Carmelitas de la arquidiócesis de Buenos Aires.
 
Queridas hermanas:
Les escribo estas líneas a cada una de Ustedes que están en los cuatro Monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo.
Aquí está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papa, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones.
Recuerdo una frase de Santa Teresita cuando habla de su enfermedad de infancia. Dice que la envidia del Demonio quiso cobrarse en su familia la entrada al Carmelo de su hermana mayor. Aquí también está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una “movida” del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios.
Jesús nos dice que, para defendernos de este acusador mentiroso, nos enviará el Espíritu de Verdad. Hoy la Patria, ante esta situación, necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la Verdad en medio de las tinieblas del error; necesita de este Abogado que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley, y que confunden y engañan incluso a personas de buena voluntad.
Por esto recurro a Ustedes y les pido oración y sacrificio, las dos armas invencibles que confesaba tener Santa Teresita. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los Senadores que han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por situaciones de coyuntura sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les señala. Pidan por ellos, por sus familias; que el Señor los visite, los fortalezca y consuele. Pidan para que ellos hagan un gran bien a la Patria.
El proyecto de ley se tratará en el Senado después del 13 de julio. Miremos a San José. A María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento. Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: “esta guerra no es vuestra sino de Dios”. Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios.
Gracias por lo que harán en esta lucha por la Patria. Y, por favor, les pido también que recen por mí. Que Jesús las bendiga y la Virgen Santa las cuide.

Dios los bendiga :)


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